En el ámbito de las calificadoras, existen dos categorías fundamentales: las calificadoras de riesgo y calificadoras de proveedores. Cada una de estas cumple una función distinta y especializada, abarcando diversas áreas de un negocio.
Ambas funciones no necesariamente se solapan entre sí, es decir, pueden dedicarse a una especialidad de manera exclusiva, pero es común que una calificadora de riesgo esté en capacidad de asumir las funciones de una de proveedores y viceversa.
A continuación exploraremos ambos tipos de entidades:
Calificadora de proveedores
Esta es una entidad especializada en la calificación de empresas u organizaciones que funcionan como proveedores de servicios y bienes para otras empresas en una cadena de suministro.
Su función principal es la de evaluar y medir diversos aspectos, también conocidos como pilares de calificación, directamente relacionados con la calidad, confiabilidad, capacidad operativa y solidez financiera de la empresa como proveedor.
La evaluación de proveedores representa una función importante para inversionistas y empresas a la hora de establecer relaciones comerciales, identificando y evaluando proveedores según su desempeño, así como determinar cuál es el proveedor más adecuado a sus necesidades, garantizando un desempeño eficiente y confiable.
La valoración que hacen estas agencias calificadoras está basada en una serie de criterios, también conocidos como pilares de calificación. Esto significa que la agencia calificadora genera un puntaje acorde a las variables y pilares sujeto a las necesidades del cliente.
Calificadora de riesgos
En otra instancia, las calificadoras de riesgo generan un score universal, esto se debe a que utilizan una serie de métodos y factores analíticos establecidos en el proceso de evaluación crediticia de las organizaciones.
La calificación o puntaje generado por la agencia es expresado generalmente en forma de letras que funcionan como indicador de la salud crediticia, así como el riesgo asociado a cualquier relación comercial e inversión.
Si bien la nomenclatura (la utilización de las letras) varía dependiendo del país, así como en ciertas agencias; las calificaciones más comunes van de las letras AAA (más alto puntaje de calidad crediticia) hasta la D. En ocasiones también incluyen signos de más y menos para otorgar mayor especificidad a la calificación.
La función de las calificadoras de riesgo es vital para los mercados, puesto que consiste en proporcionar información clave a una gran cantidad de organizaciones y actores de la industria, así como a individuos para evaluar el riesgo asociado a la inversión o emisión de deuda.
Un ejemplo de esto puede ser la necesidad de los bancos de calificarse en riesgo, puesto que aquellos interesados en abrir cuentas en alguna de estas entidades, depositar dinero o entablar alguna relación financiera; deben conocer el riesgo asociado a cualquier actividad conjunta.
Además de esto, un factor relevante en cuanto a las calificadoras de riesgo es su papel protagónico en la promoción de la transparencia y confianza en el ámbito financiero. Esto, ya que generan información valiosa vital para la toma de decisiones.